Cuando las personas llegan a mi por primera vez, la mayoría de las veces se sienten confusos con su malestar, perdidos en un laberinto de emociones difíciles de gestionar y a la deriva de una situación per-sonal que sienten no tener salida. La sensación de indefensos y la falta de confianza en sí mismos les hace creer que no conseguirán salir de la situación en la que se encuentran.
“Si buscas resultados distintos, no hagas lo mismo” Einstein
Los principales factores que bloquean la posibilidad de vislumbrar salidas creativas y auténticas son los miedos y a veces el sentimiento de culpa por sentir lo que se siente. Sintiéndose víctimas de sí mismos por intentos fallidos de solución y las decisiones tomadas, les lleva a una sensación de frustración e impotencia.
A medida que el proceso terapéutico va evolucionando, la toma de consciencia de todo aquello que permanecía inconsciente y oculto va reconociéndose y, en la comprensión y aceptación de ello, va constru-yéndose el puzzle que motivaba el malestar que les trajo hasta mí.
Transitar ese camino de plena consciencia significa poder descu-brir cuáles son los motivos reales que generan el malestar en ti y la situación actual que vives para poder empezar a hablar de vías de solución
La propia persona va descubriendo en su andadura terapéutica los pasos a seguir para transformar el malestar que siente en aprendizaje y bienestar. De tal manera que cuando la terapia finaliza, la persona ha alcanzado sus objetivos sintiéndose significativamente mejor consigo mismo y con su vida.